Ya hemos pasado, otra semana Santa ,expectacular como las demás , cada una a su manera , pero la mayoría estamos de acuerdo que preciosas. Donde afloran esos sentimientos por nuestros santos, la afición a las procesiones de los más beatos, con toda su admiración y fe ciega en ellos, a los que suplican por el bien de todos sus seres más queridos. Cada uno se enfunda sus vestimentas más bonitas y luce con total satisfacción, para ver pasar la procesión y disfrutar de unos días de descanso de la rutina diaria, hasta que todo lo bueno termina y hay que volver al quehacer de la vida cotidiana, deseando que vuelva la próxima.
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